El área destinada a la producción de granos en la provincia presenta una notable degradación química de sus suelos, destacando niveles de fósforo disponibles por debajo de los críticos para el maíz (13 ppm) y contenidos de materia orgánica menores a un 2%.

“Pese a la problemática con dalbulus maidis durante la campaña pasada, se observó una respuesta positiva del cultivo de maíz al uso de fertilizantes nitrogenados”, subrayó Gonzalo Robledo, técnico de la sección Suelos y Nutrición Vegetal de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), en la charla sobre el uso de fertilizaciones nitrogenadas en el maíz que brindó en el XXIV° Taller de Híbridos y Manejo de Cultivo de Maíz.

Contó que en la subestación Monte Redondo se realizaron dos ensayos para evaluar dichos resultados. “En el primero se evaluaron dosis crecientes de nitrógeno (N) en dos híbridos comerciales: Dekalb 7220 y Brevant 8472, sembrados en distintas densidades de siembra (45.000, 57.000 y 66.000 pl/ha). En el segundo se compararon dos fuentes de nitrógeno: Urea (46% de N) y Nitrato de Amonio Calcáreo (27% de N)”, dijo. Y añadió que los resultados variaron según los híbridos. “Con Dekalb, el mejor rendimiento se logró a una densidad de 57.000 pl/ha y con una dosis de 90 kg/ha de N. En el caso de Brevant, el mejor rendimiento se obtuvo a 66.000 pl/ha y con la misma dosis de nitrógeno”, precisó. Si bien Brevant rindió más que Dekalb sin fertilización, Dekalb tuvo mejor performance cuando se fertilizó.

La eficiencia del uso de nitrógeno (N del suelo + fertilizante) fue baja en ambos híbridos, con rindes que apenas alcanzaron un 50% del potencial estimado por la disponibilidad de N.

En cuanto a las fuentes nitrogenadas, los únicos tratamientos que se destacaron estadísticamente fueron aquellos con dosis de 75 y 100 kg/ha de N usando Nitrato de Amonio Calcáreo. En todos los casos, esta fuente superó a la urea entre un 4% y un 12%, dependiendo de la dosis.

Sin embargo, pese a estas diferencias estadísticas, ningún tratamiento fertilizado generó un beneficio económico. Los altos precios de los fertilizantes, los bajos rendimientos y el precio del maíz en el mercado explican esta situación.